Plagado de soledad, entre la gente
iba mi corazón, lobo olvidado;
huérfano de vida, arrinconado,
sucumbía de sed junto a la fuente.
Nada esperaba de los dioses diligentes
que desdeñaron la herida en su costado;
bajo las estrellas gimió el abandonado
y maldijo aquella multitud indiferente.
Tras dentellada y zarpazo del destino,
acorralado ya por la mortal sequía,
emprendió desbocado hacia el abismo.
Alzó los ojos: solitaria la luna pendía
-crisálida de mujer sobre el camino-
e imaginó que desnuda hacia él venía.
iba mi corazón, lobo olvidado;
huérfano de vida, arrinconado,
sucumbía de sed junto a la fuente.
Nada esperaba de los dioses diligentes
que desdeñaron la herida en su costado;
bajo las estrellas gimió el abandonado
y maldijo aquella multitud indiferente.
Tras dentellada y zarpazo del destino,
acorralado ya por la mortal sequía,
emprendió desbocado hacia el abismo.
Alzó los ojos: solitaria la luna pendía
-crisálida de mujer sobre el camino-
e imaginó que desnuda hacia él venía.
Es un poema de Jose Luis Diaz G.
ta bueno che,trata de mujer enamorada,firmame el mio
ResponderEliminarEhhhh....muy bueno. Es un soneto para comentarlo mucho...no me adelanto: primero que lo comente la que lo subió y luego yo doy mi opinión. Leila..¡Cuál de ellas?
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